Posts Recientes

miércoles, 30 de enero de 2008

De la pedagogía y la desinformación

Desde hace mucho me he sentido atraído por los programas de debate y de análisis, como 59' (Cincuentainueve segundos) o el ya clásico "La Mirada Crítica", conducido por el siempre profesional Vicente Vallés. Quizá por eso, por haber visto muchísimos de estos programas, he sido capaz de observar siempre un error en el que perseveran, que se enquista, y que ya se ha convertido en algo más y amenaza con metastasiar y conducir a una muerte irremediable lo que se supone que los perodistas conducen al público, la información; me refiero, por supuesto, a la ignorancia supina de muchos periodistas cuando el objeto de debate es distinto del asunto político del día, donde, ahí sí, se muestran certeros aunque parciales dependiendo del medio que les pague. El caso concreto en que se ha manifestado esta vez, y con bastante fuerza, es el del niño atropellado Eraitz Iriondo, a cuyos padres pide ahora quién lo atropeyó la cifra de 20.000 € en concepto de indemnización por daños y perjuicios, siendo la razón de pedir la reparación del vehículo que tuvo que llevar a cabo por los daños causados al impactar el cuerpo del jóven en él, y también por el alquiler de un nuevo vehículo para poder seguir ejercienco su profesión (que desconozco). Muchos analistas en mesas de debate han señalado que es un caso "insólito" mientras que otros han tachado al reclamante de "sinvergüenza" e "inmoral", dejando aparte la calificación de la Presidenta de la Asociación Stop accidentes, a quién tuve el no-placer de conocer en mi universidad hace un año (algún día explicaré porqué no es santa de mi devoción), que directamente ha llamado "delincuente" a aquel. Buena parte de ellos han aludido a similares argumentos para calificar a este sujeto de la manera que lo hacen, siendo algunos de ellos los siguientes: 1) Los padres ya han sufrido bastante perdiendo a un hijo, con lo que es inmoral reclamarles una cantidad de dinero por los daños a algo "material", como el vehículo. 2) Se da más credibilidad a un informe pericial elaborado por un equipo que ha actuado a instancia y pagado por los padres del chico que al atestado que realizó la Guardia Civil. En dicho atestado se decía que el conductor circulaba a 113 km/h en una vía que estaba limitada a 90km/h, el ABS del vehículo estaba desactivado y el conductor dió 0'15 mg/litro de aire aspirado; por parte del atropellado, el atestado indicaba que el jóven ciclista se saltó una señal de stop en el cruce en el que perdió la vida. El informe pericial afirma que la velocidad a la que circulaba el reclamante era mayor de la señalada y que la prueba de alcoholemia se realizó "hora y media más tarde". 3) Los periodistas han coincidido en distintos programas que pese a que el chaval se saltó un stop, el hecho de que el conductor circulase a esa velocidad ya demuestra que es responsable de la muerte del jóven, y que reclamar cantidad de dinero siendolo es inmoral.

Expuestos los hechos, ahora viene mi queja, y es, anticipo ya, una crítica a esta España que alumbra periodismo de pandereta y castañuelas, o dicho en términos menos musicales, un periodismo que busca el drama interesadamente y que, además, alimenta desinformando a quién lee o escucha (o incluso ve con sus ojos) a los medios presuntamente informativos. Lo que me enerva son varias cosas que ennumero a continuación:

1) Desde un comienzo, se ha hecho una defensa a ultranza de la familia del menor fallecido, basándose más en lo emitivo (un chaval muerto) que en los hechos reales. Se ha creído más en lo que se quiere creer que en lo que es lógico. No es de recibo que, de entrada, se eche por tierra el atestado de la Guardia Civil, que no sólo tiene presunción legal de veracidad y exactitud, sino que además, se de primera mano cómo se realizan, y hay que decir que los del tricornio suelen hacer muy bien su trabajo en esta materia. Pero es que aunque no fuera así, digo yo que habrá que probarlo. Tener un informe pericial de parte, en abstracto, desde mi punto de vista no basta. Si luego se halla verdad en dicho informe, ya es otra cosa, pero no se puede prejuzgar de esta manera.
2) Tal defensa de la familia ( y no por auténtica solidaridad o sentimiento cívico genuino, sino por interés mediático) desemboca en lo que directamente es inventarse argumentos para hacer todavía más "sólida" dicha posición. Y quede claro que he dicho "inventarse", y con ello no me refiero a un comentario desfaortunado o desacertado, a un error simple y llano, sino al acto de inventar en su sentido más peyorativo, esto es, a afirmar como ciertas cosas no ya que no se sabe bien si son así o no, sino que directamente no lo son, para confundir al oyente. Un ejemplo claro y preciso: se ha dicho en muchas mesas de debate que si el conductor hubiera ido a la velocidad permitida el chico "seguiría entre nosotros". Eso es directamente una falacia, por no decir mentira. Jesús Montoro, el único catedrático de Seguridad Vial en España, así como otros expertos en materia de tráfico, a los que he tenido ocasión de escuchar en varias ocasiones, han sostenido, con datos estadísticos y pruebas físicas que un peatón jamás sobrevive a un atropello con impacto a más de 50 km/h, que equivale a una caída de un decimocuarto piso de altura. Si un chico se salta un stop y el conductor dispone de décimas de segundo para frenar (con lo que no llega a hacerlo a tiempo), aún yendo a 90 km /h el chico muere, nos guste o no. También, por ejemplo, se ha dicho que era "insólito" un caso así. La RAE define insólito como "raro, extraño, desacostumbrado", lo que desde luego no es un caso como este. Tanto en la vía penal en la que se acumula la pretensión civil en el mismo procedimiento como en la vía civil, se ven supuestos en los que atropellado y atropellador (por llamarlos de alguna manera) dirimen la cuestión de la indemnización, y si resulta que el atropellado fué el causante, indemnizará debidamente al que sufrió un perjuicio por su culpa y causa. Es de lógica y jurídicamente válido que así sea. Por lo tanto, de "insólito", no tiene nada.
3) Han apoyado argumentos tan risibles, cuyo orígen son los padres del muchacho, como "La justicia no puede permitir que lleguemos a esto" (dicho por el padre del difunto antes de entrar en la vista oral), como si ya estuvieran condenados a pagar la cantidad. El juez sólo ha dado trámite a la demanda del reclamante, nada más. Todavía no ha condenado a nadie. Pero muchos medios ya plantean el caso como si en efecto les hubiera tocado pagar, y lo que es peor, como si el juez tuviera la culpa de ello. El magistrado debe de dar curso a las actuaciones porque el derecho a la tutela judicial es un derecho constitucional y está obligado a ello. Hacer más víctimas a las víctimas (porque lo son al perder a un hijo) siempre queda bonito en la prensa; es evidente que a los padres no se les puede culpar de querer que su hijo no tuviera la culpa en el atropello y de ver una indignidad que se les pida dinero después de tal pérdida, pues el dolor nubla las realidades y es lógico que así sea: incluso aunque después el juez les diera la razón, esos no son los argumentos a utilizar. Pero lo que hacen los medios es simplemente montar una jaula con unos monos dentro a la espera de que se peleen y luego tirarles cacahuetes mientras se frotan las manos con lo jugoso de la historia.
4) Me parece de la máxima hipocresía que en un país como este, donde los límites de velocidad no se respetan en absoluto, se haga un linchamiento público a alguien que tampoco los respetaba, y además de una manera muy poco significativa. Soy el primero (y lo sabe cualquier lector habitual del blog) que no es tolerante con las infracciones en tráfico, pero estoy seguro que la mayoría de personas y periodistas que han criticado esto no cumplen a rajatabla el reglamento de circulación.
5) El paradigma de la desinformación, lo opuesto a la misma en un sentido objetivo y claro, es juzagr los hechos y presentar el resultado de esa valoración al público como la verdad, esto es, como el contenido real de la información. Es evidente que el conductor del vehículo que atropeyó al chico no parece "buena gente", es más, parece bastante "chuleras" y bastante egocéntrico, cuando casi se le escapa por televisión decir que él era "el único perjudicado en todo esto", aunque en segundos intentara arreglarlo. Seguramente, como se observa, me parezca un ser deleznable. Pero eso no es óbice para que la prensa le haga un juicio paralelo y le declare culpable. Lo que debemos preguntarnos es, ¿cambia en algo los hechos, auténticos generadores de responsabilidad, que sea simpático o antipático?¿ sería distinto si hubiese sido el ser más solidario del mundo quién hubiera atropeyado a Eraitz? La respuesta es indubitadamente no. El hecho es que un niño cruzó por donde no debía y alguien, buena o mala persona, lo atropeyó (a la espera de ver si hubo falta alguna por parte de quién conducía; cuando se sepa más, hablaré de ello) y murió. Y por ello es, además, legítimo, pues la ley le reconoce ese derecho, que pida indemnización si no tuvo culpa (insisto, si no tuvo culpa, que es de lo que hay que partir). Destruir su presunción de inocencia porque nos caiga mal es otra falacia del periodista, que defiende su derecho a informar, que invoca permanentemente, para justificar sus fechorías, pero se olvida de los derechos ajenos (a recibir a información veraz y la presunción de inocencia, en este caso).
6) Seguro que alguno o alguna (estoy pensando en Amelie) de los que leen esto pensarán "vale, no es culpa del juez, pero es culpa de la ley que le permite reclamar en casos así. Hay que cambiar la ley". Si alguien ha pensado esto, debe reflexionar con más seriedad y no dejarse llevar por los sentimientos, y hacer el ejercicio que debemos hacer siempre que una ley, a primera vista, parece "injusta", consistente en ver las cosas e imaginar supuestos desde el prisma contrario, a traducir en el caso concreto: si promulgamos que se debe cambiar ese aspecto de la ley, estamos diciendo, en el fondo, que quien atropelle con resultado muerte, aún sin tener culpa alguna, no pueda reclamar daños y perjuicios a los familiares o herederos porque "ya habrán sufrido bastante". Si lo contextualizamos en este caso, donde resulta fácil, gracias a la desinformación periodística ponerse del lado de la víctima, nada impide tomar como buena la propuesta de cambio. Ahora bien, pensemos en el contexto de este supuesto: un señor, de unos 40 años, cruza, imprudentemente, porque tiene mucha prisa, por donde no debe, con lo que un taxista, que circulaba con corrección, y no pudo preveer que el peatón cruzaría, lo atropella y éste muere, destrozando por completo la parte frontal del taxi, medio de vida de aquel. ¿Creeis que es razonable que pida indemnización por destruir su modo de ganarse la vida? o aunque no fuera taxista, ¿veríais justo que vuestro padre, primo, o hermano, tuviese que pagarse las reparaciones del coche sólo porque un tío iba cocido y cruzó mal o se saltó un semáforo de peatones? Pues eso es exactamente lo que significaría pedir que quién no tiene culpa no pueda reclamar.


Sencillamente creo que los medios debieran llamarse medios desinformativos, porque no sólo no decien la verdad, sino que ni se molestan en buscarla, en multitud de ocasiones. Reitero una y mil veces que no se trata de tener conocimientos jurídicos espefícicos, sino de que no se acude a las fuentes de la verdad para uscarla. Ni siquiera nadie se ha molestado en ponerse en contacto con Bartolomé Vargas Cabrera, jefe de la fiscalía de Seguridad Vial, para informarse un poco del asunto. Y claro está, esa desinformación confunde a la gente, que es la que espera que sus periodistas hagan su trabajo y les cuenten las cosas bien. Por ello, hay que ser pedagógico y tratar de que, al menos, unos pocos, sepan cómo son las cosas en realidad. Personalmente creo que describir al joven Enaitz como " Enaitz Iriondo tenía 17 años y estudiaba primero de Bachillerato en Durango, su localidad natal. Pertenecía a la Asociación de Naturaleza de Durango y enseñaba a pescar y a buscar setas a los niños pequeños del pueblo", tal y como hace Hoy.es, es sencillamente manipular. Y a mí, personalmente, no me gusta que me manipulen, al margen de que los padres del chico tengan o no razón. La culpa es, como muchas veces, de estos periodistas de chichinabo que tenemos en este país, que creen saber de todo, y en realidad, no saben ni de lo suyo, que es a lo máximo a lo que aspira un servidor.

Saludetes a todos

Edito: Se ha confirmado que el conductor del vehículo ha retirado la demanda ante la presión popular y mediática suscitada. Para rematar las falacias de la prensa, en Antena 3 Noticias, Matías Prats dijo que "Ahora el tribunal le condena en costas al observar que el conductor no tenía razón tras reirar la denuncia".

Pero vamos a ver, señores, un mínimo de rigor. Aparte del error (sin importancia real) de llamar tribunal (órgano jurisdiccional compuesto por dos o más jueces) a lo que es simplemente un juzgado (compuesto por un sólo juez), hay una cosa que de verdad me irrita. Dicen que el conductor "no tenía razón" y por ello el juez condena a pagar los costes del juicio al conductor, como si fuera un castigo. ¡Pero señores! el juez no ha dicho que "no tenga razón", sencillamente porque el demandante ha retirado la demanda (y no la denuncia) y no ha entrado a valorar el fondo del asunto, es decir, a ver quién tenía razón (en términos más coloquiales). Lo que ha hecho el conductor es recurrir a una posibilidad procesal, el "desestimiento" (o si lo hizo por razones de derecho material, "renuncia", pero a efectos nos da lo mismo), o lo que es igual, a la retirada de la demanda. Ello implica, señores míos, la condena en costas si no hay acuerdo con la otra parte.
Reitero que no le es exigible al periodista conocer jurídicamente esto, pero si preguntarle a quién lo sepa, para contar las cosas como son. No más, pero tampoco menos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola soy la anónima. Por tu exahustivo y detallado análisis entiendo que estudias derecho. Yo soy de ciencias, y solo opino según mi razón, lógica, sentimientos, sentido moral y sentido personal de la justicia (para mí la justicia nada tiene que ver con lo legal, como el ser cristiano con ser buena persona). Cumplir las normas no otorga la verdad.

Sé que la reclamación era justa, en el marco de la ley, y en nada juzgo al hombre que atropelló al chico, podríamos hacerlo cualquiera de nosotros. Pero yo al menos quedaría en tal estado de shock, de por vida, que lo último que se me ocurriría es reclamar daños. Es legal, pero es inmoral, antinatural, repugna a nuestra conciencia y al lado mas natural, animal o humano.

De eso como bien cuentas se aprovecha la prensa, informando falsamente como detallas, cada día mas empeñada en llamar a la parte del cerebro mas subdesarrollada para hacer carnaza de lo que pille. En general, prensa y medios desinforman mucho mas que informan. Tienes que leer una noticia en el Mundo y luego la misma en el Pais, y luego hacerte tu idea propia. La manipulación en prensa y tv ha alcanzado límites insospechados.

Otro grave problema, y que me disculpen los afectados por mi opinión, es la profesión de periodista. ¿Existe una carrera mas absurda? Debería uno ser especialista de algo para hablar de ello, pero ¿que es ser periodista? En general, cuando escucho a alguien hablar sin decir nada y con profunda ignorancia sobre el tema que trata, siempre concluyo en voz alta: AH, ES QUE ES PERIODISTA. Lamento tener esta opinión, pero salvo contadas excepciones, y personas de cierta edad, la mayoría son unos mini-cultereta general que para mí estarían mejor callados. Cuando sepan en profundidad de un tema concreto, sólo entonces, que hablen de eso. Y con honradez, por favor.

Anónimo dijo...

mini-cultureta o mini-culturilla general, quería decir. Saludos.

Anónimo dijo...

La anónima también estará desconectada un tiempo. Quería compartir un blog magnífico que he encontrado de casualidad:

http://cronicasbarbaras.blogs.com/crnicas_brbaras/

De esos periodistas (que aún quedan a pesar de mi anterior pesimismo) verdaderamente inteligentes, por lo que he leído hoy. Que gustazo. Saludos.