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jueves, 8 de septiembre de 2011

Inspiración Divina: Super X-Men

Hola a todos,

La música para películas de superhéroes siempre ha mantenido, con más o menos fortuna, la costumbre de recoger un tema principal para el protagonista, potente y muy reconocible. Ejemplos, muchos: Superman (John Williams), Batman, Spiderman y Flash (Danny Elfman), Kick-Ass o X-Men: First Class (Henry Jackman). Muchas son las fórmulas utilizadas, pero yo diría que la referencia, al menos hasta hace un tiempo, siempre han sido el Superman de John Williams para los héroes "luminosos" y el Batman de Elfman para los más ambiguos. 

Tanto es así que John Powell, uno de los mejores compositores de su generación, autor de la banda sonora de X-Men: The Last Stand, decidió escapar de lo compuesto por sus antecesores (Michael Kamen en X-Men y John Ottman en X-2, y, por supuesto, el creado por Shuki Levi para la serie de animación de los 90) y buscar inspiración en los clásicos.


Aquí el tema de la serie de dibujos


Para ver esto, primero vamos a fijarnos en el tema principal de Superman, compuesto por el genial e irrepetible John WIlliams para la película de 1978.



Si prestais atención, especialmente al principio, suena la base rítmica de Superman, el famoso "tan taran tantaran", que indudablemente refleja a la perfección el paradigma superherócio y grandioso de Superman.

Ahora vayamos al álbum de X-Men: The Last Stand y escuchemos los llamados "Bathroom Titles"



A partir del 00:21 se puede oir, dando comienzo al tema principal de The Last Stand, en efecto, el "tan taran tantaran" de Superman. ¿Una copia descarada?. ¿Falta de inspiración de Powell en algo tan importante como el tema principal de una película de superhéroes?. Pues sí y no. La verdad es que John Powell no compuso ese tema para ser el que sonara durante los títulos de la película, al principio de la misma, sino qu, como se puede apreciar en la película, es un fragmento que suena durante el traslado en furgún del Juggernaut y otros mutantes, en una secuencia, pues, realmente intrascendente. En su lugar compuso algo que, respetando las líneas del tema principal, no recuerda en absoluto a Superman  y que además es mucho más fluido que el tema recogido por la edición discográfica. 

Aquí podeis comparar ambas versiones, anticipando ya las disculpas por los efectos de sonido contnidos en la pista, pero no he encontrado otra de mejor calidad.



Visto lo visto, no parece que Powell decidiera copiarse de Williams, sino más bien da la impresión de que en su fase de composición optó por tomar el ritmo de base para ayudarse a componer algo "superheróico" para luego pulirlo más adelante; uniendo a esto que las discográficas piden material a los compositores mucho antes de haberlo terminado todo (véase el paradigmático caso de Tomorrow Never Dies de David Arnold, que sólo tiene música de ¡media película!), de ahí su inclusión fraudulenta en el disco como los auténticos "Bathroom Titles".

Saludetes

lunes, 25 de julio de 2011

Notas Musicales: El Cid, de Miklós Rózsa

El cine de la golden age hollywoodiense parece que ha sido olvidado hoy día, en especial por los jóvenes que se acercan al séptimo arte como un pasar el rato sin preguntarse si hay algo más allá de Algo pasa con Mary. En efecto, el exceso y la mecánica narrativa de las películas de esta época pueden disuadir a muchos de asomarse a visionar cintas anteriores a los años 80 ( exceptuando quizá Star Wars ), así que no digamos ya las de los 60, pero esta tendencia actual no debe (o no debería) hacernos olvidar esta gloriosa época para el cine, y, también, para la música compuesta para las cintas que vieron la luz en estos tiempos.

Como es sabido, en la década precedente y en los años 60, la industria cinematográfica apostó con firmeza por películas de corte épico e histórico ( las llamadas películas de romanos, las adaptaciones de distintos pasajes de la Biblia, o cintas que trataban de recrear el Egipto faraónico). Este género requería una gran inversión en producción para dotar a las películas de un ciero aire de grandiosidad, unido a la presencia de grandes estrellas de Hollywood; lo cual abocó a una música igualmente grandiosa que acompañase a las imágenes. De entre los autores clásicos, destaca en mi opinión, de forma muy especial, el gran Miklós Rózsa.

No voy a repasar ahora su vida ni toda su obra (no es este el cometido de la sección "Notas Musicales"), pero como el título de esta entrada ya anticipa, sí dejar algunas pinceladas de la que es una de las mejores bandas sonoras de la historia del cine de todos los tiempos, y, en consideración del autor, la mejor que compuso a lo largo de su carrera (lo cual es decir mucho si tenemos en cuenta que Rózsa escribió las partituras de obras geniales como Ben-Hur o Rey de Reyes). Hablamos, naturalmente, de El Cid. La película protagonizada por un insuperable Charlton Heston y una bellísima Sofía Loren, ambientada en el S. XI, recoge la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, El Cid  Campeador, aunque, eso sí, a pesar de contar con el historiador Ramón Menéndez Pidal como asesor, toma muchas licencias artísticas respecto a la época y el Cantar del Mío Cid; no obstante, una excepcional cinta rodada parcialmente en España (por ejemplo, la "Ciudad de Valencia" es en realidad el Castillo de Peñíscola, mi actual lugar de residencia) que recibió del compositor húngaro una música suprema, excepcional. 

 El Castillo de Peñíscola

Rózsa trabajó durante un año entero y se inspiró en las Cántigas de Alfonso X el Sabio, que, aunque posteriores, sirven de guía al Maestro. Finalmente, el resultado no puede ser mejor. Encontramos en la partitura de Rózsa cortes épicos, emotivos, régios... que casan perfectamente con las imágenes (incluida la evolución del propio Rodrigo). Notables son los temas referidos al Cid Campeador, que siempre tienen un cierto regusto morisco, tan propio de la Península Ibérica del S. XI, en la que se mezclaban con tanta facilidad elementos cristianos y musulmanes, y que sin duda reconocerán quienes hayan acudido alguna vez a alguna marcha de moros y cristianos tan propias del Levante español; y todo ello sin dejar de lado valores presentes en la composición como el honor, la firme moral y el amor incondicional del personaje por Jimena, su esposa. Veamos algún ejemplo.


Antes que nada, decir que me hubiera gustado incluir más temas y hacerlo individualmente, pero su localización en la red es complicada. Añadir también que estos cortes corresponden a la regrabación que se hizo en 2008, la cual recomiendo encarecidamente (yo la tengo y es una absoluta delicia y no es especialmente cara si la comprais por Internet -a mi me costó 13 euros). Dejado esto claro, podeis ver en For Spain! (hasta el 2'20) un ejemplo de la fusión morisca que antes comentaba; en Farewell, la versión delicada del tema de amor entre Jimena y Rodrigo (hasta el 6'40), para finalizar con The Cid March, que abre con un fragmento de la música que Rózsa utilizó para las escenas en la corte real de Burgos y continua con un absoluto derroche de pasión y emoción épicas.


No pretende ser esta una reseña de la banda sonora (ni mucho menos), ni siquiera un análisis de estos cortes, por esto no quisiera dejar de recomendaros que la escucheis entera, porque TODA la música es absolutamente genial. Incluso cortes dedicados a secuencias en apariencia intrascendentes adquieren vida propia. Fijaos aquí en la primera parte correspondiente al tema Entry of the Nobles, majestuoso.


En definitiva, estamos frente a una banda sonora de una calidad indescriptible, muy recomendable para cualquiera que desee aproximarse a este mundo musical libre de perjuicios.