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jueves, 27 de septiembre de 2007

Yo lo pienzo azín, la llama borbónica, y supertonta 2007

Buenas a todos,

Lo primero que quiero comentar no es sino una noticia que acabo de ver y escuchar hace escasos diez minutos, y es la que nos contaba cómo en un pueblecito andaluz, cuyo nombre no recuerdo, han salido a la calle a manifestarse sus mujeres por la posible presencia en sus calles del violador de La Vall d'Hebrón, ex-convicto, que lo es en calidad de ex porque el Juez encargado de estudiar su puesta en libertad, finalmente, ha hecho tal cosa. Todo ello, por supuesto, sin los avales psicológicos de Instituciones Penitenciarias, sin la recomendación del Juez de Vigilancia Penitenciaria, y, lo más sangrante, con la convicción subjetiva y objetiva por parte del Ministerio Fiscal de que el sujeto en cuestión no estaba, ni mucho menos, rehabilitado.

Con ello, uno puede advertir enseguida que constituye un error la puesta en libertad de un encausado por agresión sexual sin constatar, de manera fehaciente, su rehabilitación apriorística. Ahora bien, tal obviedad no es óbice para que aplauda las manifestaciones que se han producido. Y no lo hago por una serie de, como siempre, razonados motivos que me llevan a pensar, en un alarde de autosuficiencia y onanismo, que la mayor gente de nuestra querida España no ve más allá de sus narices, es decir, que tan sólo vé la acción, y jamás se para a contemplar la reacción. Como ya hemos dicho, es patente y cierto el error de quién lo puso en libertad; error insubsanable que no se arreglará por la presión popular, pues no hablamos de una prisión condicional o provisional que concede el juez en base a una serie de criterios, que, si se quiebran, puede revocar. No. Estamos hablando de la puesta en libertad por extinción de la condena. Por lo tanto, desbancamos como posible fin a conseguir con las protestas, el reingreso en prisión del conocido violador. Así pues, nos guste o no, el sujeto está en la calle. Sabiendo eso, de lo que se trata, pues, es que, ya que no está donde debiere, que, al menos, no aumente su lista de víctimas. Para ello, el violador, cuyo deseo se desata frecuentemente por motivos emocionales (necesidad de emoción, falta de placer por mecanismos convencionales, odio hacia las mujeres o a la sociedad en general...), precisa de un lugar tranquilo donde residir, y sobre todo, de cosas con las que ocupar su tiempo sin recurrir a la agresión, sea un trabajo remunerado el mejor ejemplo de ocupación. Sin embargo, estas manifestaciones "en mi pueblo no te quiero", no hacen sino impedir, si cabe, más aún la potencial reinserción social del agraviado. Es más, no sólo se retrocede, sino que se le invita a que actúe criminalmente, al activar sus receptores emotivos que le impulsan a cometer el ilícito penal. En una segunda línea de pensamiento, además, aparece la falta de sensatez y de cultura del público manifestante, que les lleva a afirmar cosas como "Yo creo que no debería viví aquí, porque zi no lo han querío ni en zu pueblo, pa que lo queremo tené nozotro aquí, que ze vaya a otro lao, yo lo pienzo azín". Supongo que no hará falta decir que tal razonamiento es propio de un chaval de 9 años o inferior, si cabe. Señores, señoras, el personaje en cuestión ni entrará en prisión ni se le internará en centro psiquiátrico porque el Juez ha tomado ya una decisión que es cosa juzgada, por lo que olvidémonos de utópicas realidades donde el violador no existe, no está en ninguna parte. Tendrá que vivir en algún lugar (sin olvidar que la legislación española impide el exilio como pena, así que lo deberá hacer en territorio nacional), y se antoja cómodo y egoista pensar que es mejor que se vaya a otra localidad. ¿Acaso allí no habrá riesgo de que reincida?. Como se observa, la solidaridad no es el fuerte de la muchedumbre española, egoista y zafia de forma convencional y natural, a la par.

La segunda cuestión que encabeza el extenso título de la entrada de hoy es la referida a la quema de fotografías del Rey y la Reina de éste, nuestro país, lo que toca más de cerca que si lo hacen de Bush en Afganistán o en Irak, sobre todo cuando la quema se practica en Canaletes o en cualquier calle de cualquier provincia de nuestro diversificado estado. No buscaré los motivos de tal agresión a una institución constitucional, porque ello supondría ya una entrada tan extensa que será insoportable incluso para el más aventurado de nuestros lectores. Lo que si diré es que deberían de servir para que incluso el más republicano entre los republicanos se alzara contra este tipo de acciones, a la sazón de algunos motivos o razones totalmente inspiradas por el sentido común y la coherencia, y no por el vandalismo y la vagancia ideológica de la que adolecen la mayoría de estos manifestantes de segunda categoría.

1) El primero de ellos alude a una cuestión de coherencia interna. El ser republicano, es, al menos según yo lo entiendo, oponer la razón y la intelectualidad al mandato divino y al poder procedente de lo alto que supone la monarquía clásica, para tratar de darle el poder al pueblo y para tratar el amejoramiento del mismo. Partiendo de esta base filosófica con la que, espero, sea difícil estar en desacuerdo, establecemos otro punto de partida: La Constitución es un consenso que marca unas reglas del juego donde caben tódos los tipos de organización del Estado. Por tanto, a mis ojos, quién sea republicano, puede ejercer su derecho a expresarlo, a debatir sobre ello, e incluso a presentarse a las Cortes, y allí, si obtiene la mayoría necesaria y el pueblo le apoya en referéndum, reformar la Constitución para que la forma de Estado de España pase de ser una Monarquía Parlamentaria a una República. Eso es lo democrático. Eso es, en esencia, lo que debería de pensar un auténtico republicano. A mi me dá que los que acuden a este tipo de actos suelen ser más vándalos sin oficio ni beneficio, incapaces de articular una frase que no provenga, en literalidad formal y material, del dogma del que, con tanta frecuencia, beben, sin saber si es vino, cerveza, u orina lo que les dan quienes les acojen en los callejones de las ideologías perdidas. Saltarse las clases y ser antisistema sería loable cuando la lucha es por un ideal en el que se cree, y no cuando es una mera excusa para llevar una vida desordenada y apática.

2) Como antes recogíamos, se puede estar en desacuerdo con el régimen monárquico y así expresarlo, pero no debemos orillar ni perder de vista justamente que es posible hacer tal cosa gracias a quién figura en las fotografías que queman y al que tanto desprecian. Una cosa es la diferencia ideológica, lícita y legítima, y otra cosa el desprecio personal y la ofensa hacia cualquier persona, y más a quién, sin una necesidad imperativa temporal, apostó más que nunca por una democracia que permite a esos parásitos ,que asaltan con sus pequeñas picaduras el régimen constitucional, manifestarse como lo hacen.

3) En la línea de dejar claro que la crítica a la Corona es perfectamente asumible, reitero esta idea. Pero no es asumible ni defendible hacerlo faltando a la verdad, y se falta cuando se alude a dos motivos para hacer crítica, uno tópico y otro un poco más contemporáneo y diáfano. El primero es sin duda la clásica alusión al coste que le supone al Estado mantener a la Familia Real, sus vacaciones, y sus Palacios, pensando que en un estado republicano, esa "vergüenza" no la sufriríamos. O es la ingenuidad, o la malevolencia, la que debe inspirar esas ideas, que se caen por dos amplios motivos: a) En los estados republicanos de la Unión Europea, salvo en Francia (en donde el presidente de la República tiene , entre otras competencias, la de formar Gobierno y la de ser el titular de la política exterior), por poner algunos ejemplos, el Presidente de la República tiene, como el Rey, todo pagado, y no sólo él, también su familia directa, comprendida ésta también a los maridos de las hijas o a las esposas de los hijos del Jefe del Estado; lo mejor de todo es que esos Jefes de Estado no tienen competencia alguna (¿alguien sabe quién es el Presidente de la República de Italia? Porque ya aviso que no fué el Señor Berlusconi ni ahora el Señor Prodi, esos son el Primer Ministro , el equivalente a nuestro Presidente de Gobierno). El Rey, al menos, cumple con una función de representación diplomática y de árbitro en caso de conflictos graves internos. b) En cuanto al patrimonio, no es del Rey ni los Palacios ni sus residencias, conformando éstos el llamado "Patrimonio Nacional", cuyo disfrute le es cedido al Rey, pero cuya propiedad es y será, siempre, del Estado. "Sí, pero lo usa el Rey", dirán algunos, y no les faltará razón. Pero no es peor que la casa que se compra el Presidente de la República con dinero público, y que al acabar su mandato, no sigue al servicio del Estado, sino que revierte en el patrimonio particular del ya ex-presidente.
El segundo asunto con el que se falta a la verdad es el archiconocido por todos caso de la revista El Jueves. Es falso decir que fué Casa Real quién se quejó por esa portada. Fué el Juez Grande Marlaska, de oficio, quién invitó al Ministerio Fiscal a indiagar, y tomó, como medida cautelar, la decisión de secuestrar judicialmente la publicación. Los Reyes no tienen la culpa si el Juez X o Y es más monárquico que el Rey y decide que esa portada constituye un delito de injurias a la Corona. Decir lo contrario es desconocer por completo el sistema penal español.

Para acabar, diré que el concurso de Cuatro, Supermodelo 2007, me parece una soberana soplapollez. Las chicas , además de ser muy pijas en su mayoría, aparentan tener la cabeza llena de cualquier elemento químico gaseoso y no de cerebro, amén de que no hacen más que quejarse, cuando deberían de estar agradecidas de que se les brinde la oportunidad de hacer algo importante y con repercusión y de trabajar en lo que ellas eligen. En cambio, el llanto y la queja son perpetuas en ese "Centro de Formación", que por cierto, dirige una supuesta experta en buen gusto, que después aparece con floripondios inverosímiles a modo de tocado en las Galas. Señores, señoras, si convertirse en modelo es esto, acabemos con el mercado de la moda ya mismo. Para criar niñas tontas, ya tenemos la televisión.

Un saludo.

viernes, 21 de septiembre de 2007

El Día Internacional del Alzheimer, la Antorcha Humana, y Gerardo Castilla

Toda mi vida la he pasado trabajando, metido en una oficina, entre incansables montones de papel, llamadas del impertinente jefe, las envidias de las compañeros de trabajo y la falta de calefacción en los meses de invierno; he luchado contra un horario inhumano, contra un sueldo miserable y una vida cada día más cara. He tenido amigos buenos, y otros menos buenos, que siempre han colaborado a que salga adelante. O quizá no. No lo sé. No me acuerdo. No sé si fuí administrativo, jardinero o panadero. No recuerdo el nombre de mis hijos, ni de mi mujer. No sé si llevé a España a la democracia, o si descubrí las células madre. Ni siquiera sé quién soy. Y lo peor de todo, ni siquiera sé qué sé. Toda mi vida no tiene valor para mí, nunca ha existido, tan sólo viva en los recuerdos de quienes me conocieron. El olvido es mi lugar para morir. Puzzles de colores, animales y sus sonidos característicos, juntar letras para formar palabras... es lo único que hago a diario... si hoy es ayer, y hoy es mañana; no sé ni de donde vengo, ni sé a donde voy. Soy enfermo de alzheimer.

La verdad es que tampoco recuerdo muy bien la noticia, pero creo recordar que un rumano se prendió fuego hace ya unos días ( ¿años?, ¿meses?) frente al Gobierno Civil de... mi ciudad... como se llamaba... Castellón, me dice la enfermera. Me entristece su familia; seguro que también tienen alzheimer. Si no, no hubieran olvidado que el fuego mata, y que las personas son más importantes que el dinero. Hubieran recordado tratar su dolencia psiquiátrica, y no hubieran convencido al cabeza de familia de que se inmolara para perpetrar una estafa basada en la lástima y la compasión. Hubieran recordado ir a la cita que tenían con la Cruz Roja y les hubieran devuelto a su país. Ahora seguiría vivo. Pero está tan muerto como mis neuronas.

Hay una cosa, además de... eso... de lo que hablaba antes... ah sí, el Comisario Castilla. Ahora dicen que es malo, que ayuda a matar policías. En mis tiempos, los guionistas tenían algo más de lucidez como para olvidar el pasado de un personaje y de repente que sea más malo que un cántaro del revés... Debería darles vergüenza manchar el recuerdo de ese hombre; a fín de cuentas, eso es lo que anhelo....recuerdos...

Olvidar... ya no recuerdo ni lo que significa...