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lunes, 17 de noviembre de 2008

Derechos

Me preguntaba un amiguete hace unos días "¿los alumnos tienen derecho a la huelga?" en relación a las protestas por la reforma de Bolonia, lo que desembocó en una explicación sucinta del mismo.

Como tengo el blog un poco abandonado, aprovecho para contestar aquí a esa pregunta y de paso perfilar un poco el contenido del derecho a la libertad de expresión aclarando uno de los malentendidos que suelen darse entorno a él.

La primera pregunta es sencilla de responder: a los estudiantes no les asiste un derecho a la huelga. ¿Por qué?. Sencillo: la huelga es un método, histórico y material, de protesta frente al patrón, circunscrito al ámbito laboral o, de forma más amplia (pero poco), al ámbito de las relaciones con quién paga las acciones comerciales o profesionales por cuenta de otros. Por tanto, la paralización de la actividad productiva se configura como un medio mediante el cual presionar a ese patrón antes referido.

De cara a los estudiantes, al margen de que la Ley no identifique en ningún lado a sujeto y derecho en este marco, la medida, aún ilegal, sería de escasa utilidad. El estudiante no tiene una relación obligacional recíproca con su entorno académico. Salvo el pago de las tasas universitarias, no hay otra obligación que deba cumplir frente a la Universidad; asistir a clase, hacer un examen o tomar apuntes no son sino obligaciones que quedan dentro del ámbito de responsabilidad personal del alumno, pero no un contravalor de obligado cumplimiento respecto a recibir enseñanzas por parte de un profesor. Así, dificilmente puede presionarse a la Universidad mediante huelgas que no desestabilizan a la institución.

Cosa distinta es que se hable del derecho de manifestación. Ahí sí que todos aquellos que se sientan perjudicados por la reforma de Bolonia pueden encontrar una institución en la que apoyarse. Si, tal y como parece, Bolonia viene a revolucionar el mundo académico (para peor, en opinión de muchos, entre los que me incluyo) y alguien se considera agraviado por el cambio o solidario con aquellos tiene perfecto derecho a decirlo y a manifestarse por ello.

Tocando ya la cuestión del derecho a la libertad de expresión, quiero referirme a un malentendido común, que consiste en confundir ese derecho con otro que no viene recogido e ninguna parte, que es el derecho a que a uno le escuchen o le tomen en serio.
La libertad de expresión es invocada una y otra vez en paralelo a unos argumentos discursivos paupérrimos por parte de muchos contertulios que tratan inútilmente de reflexionar en profundidad de materias que desconocen en igual medida. Del mismo modo, parecen obviar que las opiniones, aunque válidamente emitidas, no valen lo mismo cuando hablamos de según qué cosas. Evidentemente, no seré yo quién me excluya de esta regla, esto es, que no quiero decir que yo sí puedo hablar y otros no; simplemente sostengo que hay debates donde mi propia opinión podrá tener un peso específico y otras (pongamos de neurocirugía) no valdrá absolutamente nada.

La libertad de expresión nos ampara y protege para que podamos expresar una opinión, pero como nada dice del contenido de la misma, deben ser los oyentes o receptores quienes valoren ese contenido, y su reacción puede venir determinada por aquel, manifestándose en forma de ignorar dicha opinión, aceptarla, o rechazarla.

Sin más, espero veros con más prontitud la próxima vez.

Saludetes

1 comentario:

Oscar dijo...

Yo siempre he creído que lo de "huelga de estudiantes" es más un abuso del lenguaje comunmente aceptado que otra cosa. Pero al fin y al cabo eso es lo que se pretende, que al no ir nadie a clase, eso pueda suponer una especie de presión hacia profesores (recuerdo las "huelgas" del instituto) o ministerio.

Pero tanto en un caso como en otro, me parece a mí que ni a los profesores ni a los ministros les hace mucha pupa eso.

Otra cosa es la huelga de ingenieros informáticos que ha habido hace poco, tanto de profesionales, de docentes, y de alumnos, eso sí es una huelga, pero para el caso que nos van a hacer...

En fin, siempre es interesante verte poner los puntos sobre las íes, jejej.

Un saludo.