Posts Recientes

jueves, 13 de marzo de 2008

La importancia de llamarse Ernesto

En un día soleado como el que hoy nos abandona por el horizonte de Castellón, y a pesar del título de este post, no hablaré de Oscar Wilde, aunque sin duda su prosa sería digna de comentario en este apartado rincón. Lo que voy a hacer es un ejercicio más de pedagogía, venciendo por el camino mis fuertes dolores estomacales, abdominales y esofágicos que nada bueno auguran; me entran ganas de enseñar y de pensar que hago algo por el ajeno cuando mi cuerpo se derrota a sí mismo de manera traicionera y vulgar, como si anima y corpus fueran beligerantes contendientes.

El tema de hoy, escuchada mi queja al viento, es sobre la cuestión referida a la importancia de llamar "Matrimonio" a la unión de parejas homosexuales. Para ello, primero daré unas nociones básicas sobre la institución del matrimonio, en forma de preguntas que cualquiera pueda hacerse, para, a continuación, hacer mi valoración al respecto. Quién ya conozca los detalles acerca de esta singular figura, puede omitir los primeros párrafos, si así lo desea. En todo caso, allá voy.

¿Es el matrimonio una figura de orígen religioso?

La respuesta es no. El matrimonio, entendido como unión de hombre y mujer (sin más) es algo que surge en multitud de sociedades pre-romanas, variando los ritos y las condiciones de los mismos. La figura del matrimonio actual tiene su precedente en Roma, pues es en esta sociedad donde surge como contrato inmerso dentro del ius civile o derecho civil; es de Roma de donde vienen la mayor parte de figuras jurídicas civiles actuales. En el derecho romano, el matrimonio es un contrato entre dos personas por el cual unen su vida "sentimental" y "material", siendo relevantes los efectos patrimoniales e irrelevantes los espirituales. El matrimonio no nace de los Dioses ni para contentar a estos, atendiendo a la forma de divorcio y ruptura matrimonial usual en Roma: el abandono del hogar; con tal que uno de los cónyuges abandonara el hogar marital, el matrimonio quedaba disuelto. Sólo separado de cualquier mandamiento divino puede entenderse la fácil ruptura de esta institución, que queda, como hemos dicho, como una forma contractual.

¿Es el matrimonio una institución invariable en el tiempo?

De nuevo la respuesta es, con rotunda claridad, no. Con insistencia, la Iglesia Católica y el Foro de la Familia han utilizado el matrimonio como si fuera un patrimonio privado, esto es, una institución que les pertenece. Desmantelado este argumento (sin todavía entrar a valorar la conveniencia o no de llamarle tal cosa a la unión entre homosexuales), el siguiente en la lista de "los más usados" es que el matrimonio responde a una configuración histórica que se ve alterada radicalmente tras la legalización de este tipo de uniones, entendemos que para peor, interpretando las palabras de dirigentes de ambas formaciones. Tal apreciación es una media verdad, en razón de: Es en parte cierta porque la variación que ha devenido en esta reforma no se había producido anteriormente; la base matrimonial siempre había sido la unión entre el hombre y la mujer. Sin embargo, es en parte falsa, porque aún constatando ese hecho como cierto, esa no puede ni debe de ser razón para su crítica. Me explico con más detalle: el matrimonio, como institución, ha cambiado desde su orígen, pero esos cambios no son buenos o malos porque son cambios. Serán positivos o negativos de acuerdo a la naturaleza de los cambios. Esto implica que el mero hecho de que la figura cambie no puede ser motivo de escarnio, no al menos sin el ulterior y necesario análisis de conveniencia, oportunidad, y técnica jurídica de la unión entre personas del mismo sexo.
El matrimonio ha ido cambiando desde Roma: la apropiación de la institución por el catolicismo lo muta y lo convierte en indisoluble; su función protectora del núcleo familiar y proyector del ánimo reproductivo va cambiando durante los siglos, hasta llegar al SXX, en el que pierde buena medida de esa función; las relaciones entre los cónyuges también han ido evolucionando. De ahí que me reafirme que dar un paso más en esa dirección no debe de ser negativo por lo revolucionario del cambio (el divorcio también lo fue en su momento, y aquí seguimos), sino, si se diera el caso, por el contenido de ese cambio, que lleve a destruir la esencia misma de la institución, a vaciarla de su contenido.

¿Supone el matrimonio entre homosexuales un ataque a la familia?

Entendiendo "ataque" como lo ha manifestado el Foro de la Familia, esto es, como una disminución de derechos por parte d ela familia tradicional, dentro del campo de batalla jurídico, la respuesta, debe ser, también, no. Sería otro debate si este tipo de uniones es molesto moralmente por, presuntamente, mancillar el nombre de la institución, al darle un contenido distinto del tradicional. Pero el que nos ocupa se zanja con claridad, resumiendo la cuestión del siguiente modo: la reforma analizada no rebaja los derechos de nadie que pretenda casarse para otorgárselos a los homosexuales; no se rebajan las ayudas económicas a la familia, el derecho de los padres a tener hijos y no se obliga a nadie a contraer matrimonio con otro de su mismo sexo. Así pues, poniendo en una balanza las cargas y derechos que antes soportaban y ejercían las familias tradicionales, el resultado se observa el mismo. No hay cambios. Tan sólo se permite a quién antes no podía hacerlo contraer matrimonio.

Tampoco es razonable el argumento, a mi juicio, que consiste en construir una imagen del matrimonio homosexual de inutilidad y no necesariedad, en atención al presunto escaso número de uniones realizadas desde su aprobación, y, también, y el más patético de los argumentos, en atención a la cuestión teleológica de la institución, la unión entre hombre y mujer para formar una familia, procreando y asegurando la supervivencia de la especie. No hará falta que sea yo quién señale que eso supondría deslegitimar, por falta del requisito del fin para el que fue constituido, todo matrimonio que no goce de descendencia. También irrisorio es pretender que un derecho ejercido por pocos ciudadanos desde un punto de vista estadístico sea motivo de su supresión. "Si llegado un día, en España sólo hay un millón de minusválidos, retiremos las pensiones a los mismos, porque indudablemente son pocos" es lo que podría pensarse haciendo una analogía simple.

¿Cuál es, pues, el objeto de debate?

Visto lo anterior, espero que al menos los lectores de este blog sepan positivamente y con meridiana claridad que el debate -matrimonio gay sí-matrimonio gay no- no puede girar entorno a las preguntas anteriores, pues todas ellas tienen respuestas con un contenido objetivamente claro, que sólo se nubla cuando las artes manipuladoras de los interesados ejercen su malvada influencia sobre aquellas. Entonces, la pregunta siguiente, en buena lid, debe ser ¿Cuál es el objeto de debate? Esto es, ¿qué se discute para valorar si el matrimonio homosexual debe existir o no?.

Formalmente, y desde la voz que asoma desde la gruta del Foro de la Familia y de la jerarquía católica, parece ser que no es una discusión de contenido. Según nos dicen, están de acuerdo con que las parejas homosexuales puedan unirse legalmente (religiosamente no, como es obvio) y que esa unión refleje unos derechos inherentes a la misma, de carácter análogo o igual a los contenidos en la institución del matrimonio, a excepción del derecho de adopción, cuestión que por pertenecer a otro debate, aparco.

Escuchado lo anterior, y estando de acuerdo prácticamente en todo en cuanto al contenido material de la institución, se puede deducir que la discrepancia, entonces, está en lo formal, más en concreto, en el nombre. Dicen los que no están a favor del matrimonio gay que es terriblemente injusto y desafortunado llamar por igual a lo que es distinto, sacando a paseo las diferencias que antes hemos señalado. Ya tenemos, más o menos perfiladas, las cuestiones acerca del debate. Ahora, mi opinión.

Lo que Graimito dice al respecto

Graimito, es decir, yo mismo, se ha formado una opinión, escuchando durante bastante tiempo a unos y a otros, a los que están a favor y en contra de tal nomenclatura. Aunque pudiera parecer lo contrario, he valorado todos los criterios con imparcialidad, pues pienso que esta es una cuestión jurídica, y no de naturaleza moral, como muchos, equivocadamente, han dejado entrever en sus afirmaciones. Mi respuesta, basada en que los argumentos jurídicos de quienes están en contra del nombre "matrimonio" no son en absoluto adecuados, por no decir ya ciertos, se decanta inescrutablemente por quienes apoyan esta institución. Decantada la razón jurídica en las primeras cuestiones, ya sólo queda la cuestión del nombre.

En el Foro de la Familia, decíamos, protestan airadamente por que se llame igual a lo que es distinto. Yo respondería igualmente a los mismos: ¿por qué quereis llamar distinto a lo que es igual?. He aquí un ejercicio de pedagogía más. ¿Qué hace a algo? O dicho en otros términos más pedestres, ¿qué es lo que hace que algo sea lo que es? ¿La base o el matiz?. En un ejemplo: El queso de Gruyere tiene agujeros, y el queso de bola no, pero ¿Acaso no siguen siendo queso? ¿Podemos decir que alguno de los dos no es queso? Son distintos, sí, con sus matices, pero siguen siendo lo mismo, porque lo que les une es mayor que lo que les separa. Pues algo así sucede con el matrimonio homosexual. No deja de ser un matrimonio, aunque cambien los sujetos.

Sólo, en mi perversa mente, se pergeña una idea, a la luz de lo expuesto, que pueda dar soporte a la distinción nominal: lo políticamente correcto. Concretando, y siempre recordando que ahora sí hablo opinando, tengo la impresión de que quienes apoyan tales manifestaciones desean discriminar al homosexual, pero se encuentran con un mayoritario rechazo social, al menos en público, fruto de lo políticamente correcto. Así, en lugar de exigir la discriminación y represión expresa de este grupo de personas, buscan formas de marginalidad encubierta, como por ejemplo, un nombre. Sirva esto a modo de ejemplo: A nadie se le ocurriría decir que, aunque se les reconozcan los mismos derechos, no se llame "personas" a las mismas de raza negra, pues son distintas de los blancos. Sería una grave discriminación, aunque fuera por razón del nombre, que recordaría que lo mismo, si lo ostenta un no igual, ya no es lo mismo. Esto supone exactamente lo mismo. En ocasiones, el nombre también importa. En ocasiones, el nombre también tiene importancia.

La importancia de llamarse Ernesto.

Saludos a todos.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Con todo mi amor te respondo a lo que me dices en la entrada anterior:

Q no se te suba a la cabeza lo que dije porque sigues siendo un gilipollas prepotente y obviamente seguiré siendo tu oveja negra para siempre.

:-)

Respecto a lo de UPYD os doy la enhorabuena por el escaño, la verdad es que no está nada mal para un grupo que lleva pocos meses en esto...
No me he estudiado vuestro programa en profundidad pero sigo pensando que Rosa Díez es una relegada del PSOE que no pudo rascar lo que ella quería y por "despecho" formó un: " somos más de izquierdas que los de izquierdas" y por fin ha conseguido lo que quería, un escaño que no está nada mal.


Todo esto con cariño y amor, ya lo sabes jajajajaja

Sé que me rebatiras y harás lo posible para convencerme de lo contrario pero también sabes que pasaré de ti

:-)


PD: En mi fotolog ( del cual eres fiel lector y te gusta hacerlo, lo sé) escribo lo que me da la gana.


besitos, corazón de melón jajajajaja

Anónimo dijo...

Tienes razón por eso he decidido afiliarme al PSOE para saber de lo que hablo:-)

El tema del debate es que no hay debate, tú solito te lias y me dices unas cosas a las que yo respondo. Si digo PD (postdata) quiere decir que va a parte del tema en cuestión... por eso no me lies ni te lies y sobretodo no intentes dejarme como una tonta q no sabe nada.


Yo te escucho, te admiro en muchos aspectos y me gusta lo que dices pero no siempre como le dices. Me encanta tu manera de argumentar y defender las cosas pero que no esté de acuerdo contigo no debería ser motivo para desacreditarme o decir que estás cansado...somos dos personas diferentes con ideas diferentes, ¿ qué problema hay?

Te pido desde tu rincón que dejes de infravalorar las ideas de los demás, la mía que es la que me afecta.

Con cariño( de verdad, lo sabes)

:-)


Leeré más sobre UPD

Anónimo dijo...

*como lo dices
( me ha salido ahí mi vena madrileña jeje)

Anónimo dijo...

También date cuenta de que tu amado PSOE que ama tanto la democrácia, insisto, nos ha vetado en medios de comunicación, en las vías de financiación, y nos ha hecho la vida imposible. A eso todavía no has contestado.

Lo repito hasta la saciedad, no contestas a lo que se te pregunta

vaklam dijo...

Las cosas cambian, correcto Graimito, pero hay que saber reconocer que estas personas a las que criticas, las personas de a pie que le han dado un significado religioso, sobrenatural, a su unión con otra persona. Para esta gente SI que son eternas las cosas, puesto que los cambios a los que te refieres no se corresponden a una persona, o una sociedad que piensa y decide "ale, vamos a cambiarlo todo", sino que son sociedades diferentes, con valores y visiones de lo importan diferentes, opuestas a lo anterior...
Los grandes cambios de mentalidad han ido poco a poco, movidos por nuevas generaciones de personas con nuevas ideas, normalmente con la oposición, sangrienta, de los que defendian SUS ideas.
Así en todo.
Por tanto, son las ideas de las personas las que no se pueden cambiar, ideas arraigadas a sangre y fuego durante toda una vida.
Luego, los poderosos, los avatares del sistema, que adoptan unas ideas que les son afines y las explotan como sus intereses.
Son personas agrupadas en organizacions, que se organizan en partidos, que adoptan ideas comunes, como organización que son, y esperando a tener el mayor número de votos ya que quieren llevar a cabo sus X ideas y contentar a sus Y patrocinadores.
Todo es una rueda, donde cada uno representa a un conjunto de la sociedad.
Es el juego, todos peleando por idioteces, teniendo que jugar con unas cartas que no son siempre las más dignas, para al final decidir nada.
Política KK

David Holguín dijo...

Creo que en ningún momento he sido ingénuo y pienso porque existo, Graimito. Te consideraba algo más cuerdo para no utilizar ciertas palabras, que me han dolido.

Parece que mi opinión no te ha gustado en mi blog, he intentado ser lo más cauto posible, pero parece que contigo me confundí al tratarte siempre correctamente. Primero para ser creíble hay que utilizar nombres y apellidos para tratar directamente con personas y segundo no criticar a alguién que ha dado la máxima libertad a tus planteamientos sin insultar. Parece que no hemos pagado con la misma moneda.

Saludos

Anónimo dijo...

Hello. This post is likeable, and your blog is very interesting, congratulations :-). I will add in my blogroll =). If possible gives a last there on my blog, it is about the Wireless, I hope you enjoy. The address is http://wireless-brasil.blogspot.com. A hug.

Anónimo dijo...

Pasaba por casualidad y no he podido evitar leer en una primera ojeada "ejercicio de pedagogía". Como estudiante del tema me he dado por aludido y he leído todo el escrito, además de los comentarios.

Tengo que decir (sin entrar al tema que se trata) que es arriesgado decir que con tu opinión vas a enseñar a los demás, porque das por hecho indirectamente que tienes "más" razón, que los demás están equivocados, y después de todo es sólo una opinión, tan válida como otra cualquiera.

Y hablando sobre pedagogía, utilizar tantos cultismos no sirve para más que exaltar la figura de uno mismo ante los demás, tratar de dar la impresión de persona culta, tratar de parecer más válido al escribir, que se tiene más razón y credibilidad, y así es como se engordan libros y libros que muchos autores consideran material de enseñanza, pudiéndose éstos resumir en 4 páginas.

En resumen, y sin ánimo de atacar: ha sido un coñazo :-P

PD: En ningún momento he opinado a favor o en contra de lo que se opina en el escrito. También ésto es una opinión, lógicamente escribirás como te apetezca.

Un saludo y hasta siempre.

Anónimo dijo...

Hola!

Claro que ha sido un coñazo! No has leído mucho este blog verdad? Mis entradas son mastodónticas, será deformación profesional.

Por lo de los cultismos, depende de cómo se mire. Esto es, si lo que se pretende es ser un "divulgador" o aacercar estas cuestiones al hombre de la calle, conforme. Ahora, si lo que se pretende (como así es) es tratar de destruir mitos acerca de esta cuestión (o de otras) a determinadas y concretas personas (que son las lectoras habituales del blog), creo que debe de hacerse con argumentos que requieren de un lenguaje específico.

Por cierto, y que no se me pase, aquí NO acepto comentarios anónimos, salvo los de "La anónima" y porque es "ella", que ya la conocemos. Deberás identificarte si quieres mantener el comentario o comentar más. De lo contrario, lo borraré, no sea que proliferen comentarios anónimos y algunos empiecen a ser desagradables.

Saludetes

Anónimo dijo...

Tengo que decir (sin entrar al tema que se trata) que es arriesgado decir que con tu opinión vas a enseñar a los demás, porque das por hecho indirectamente que tienes "más" razón, que los demás están equivocados, y después de todo es sólo una opinión, tan válida como otra cualquiera.

>>> Contesto que se me ha pasado esta parte XD. Ya me conozco el cuento ese de la prepotencia, etc etc etc. Quién quiera pensar eso, está en su derecho. No voy a explicarme (otra vez, y ya van... he perdido la cuenta). Quién por otra parte, lo quiera ver como una exposición de hechos que son objetivos y otro tanto de opinión sin más intención que la que se ve, será bienvenido. QUién no, que no me lea, que no impongo a nadie que lo haga y mucho menos, siga mi forma de ver las cosas. Ello, no obstante, no evitará que siga criticando lo que no me gusta, y que cada cual le de el valor que quiera a esa crítica.

Anónimo dijo...

Para quién le interese, el tema con David Santos Holguín está zanjado y solventado, en privado, entre él y yo, habiendo presentado las disculpas pertinentes.

Simplemente para que nadie piense que es "enemigo" en este blog, ni mucho menos.

Saludetes