En la distancia

A veces, la distancia supone una barrera; la distancia no nos enfrenta, pero tampoco nos une, y uno se ve reducido a un vago recuerdo de lo que fué, podría ser, pero no será, al menos, mientras ella siga separandonos. La distancia es un muro de berlín infranqueable que propicia el olvido por aburrimiento, el aislamiento por la ausencia de novedad, y el pasotimso absoluto por la falta de medios comunicantes, o la onírica realidad de su ausencia , más inventada que existente. La distancia, sin duda, supone ese viejo cáncer que come poco a poco un cuerpo marchito, extinguida ya la excitación de lo neófito, y apagada la llama del interés lacerante de la ignorancia; la distancia, es, en definitiva, una medida más de la vida que emerge y surge justo en los momentos en que necesitamos pruebas.

Pero la distancia también tiene su lado amable, y permite, desde luego, su transformación en esa vecina cotilla que desde la seguridad de su terraza, otea y observa su vecindario, queriendo saber más de él; la distancia inhibe el pudor, y nos revela secretos que sólo ella, en su confesionario, ha podido obtener; la distancia nos cubre como una manta cálida y acogedora que nos susurra al oído que no hay razón para tenermiedo; la distancia, es , pues, ese escudo protector, ese atril, desde el que cada uno puede ser mejor de lo que la realidad le dicta, y puede verse a si mismo con sus ojos, desde fuera.

En ocasiones, un poquito de distancia, es saludable.

Saludetes