Vuelve Superman

Tengo que confesaros algo. Puedo volar. En serio. No hace falta demasiado. Sólo una toalla. Y si además es de color roj, muchísimo mejor. Me la ato al cuello. Entonces tomo un pequeño impulso y...ya estoy arriba.
Ah si, lo había olvidado, también hace falta algo de imaginación. Los hombres y mujeres de este planeta no pueden volar. No pueden doblar barras de acero con las manos. No son más rápidos que una bala. Es hora de crecer y dejar atrás esa imaginación...pero no puedo. No lo haré. Durante más de 60 años, un personaje, más que ningún otro icono moderno, ha personificado los ideales del superhéroe por excelencia. Su nombre es Superman. Es difícil imaginarse un mundo sin Supes. Siempre ha estado ahí. Es parte de nuestras vidas. Pregúntale a una docena de personas a ver si conocen la historia de Superman. Seguro que al menos saben lo básico: Lex Luthor, viene de otro planeta, Kryptonita, Clark Kent...y lo más importante, puede volar.

Ahora, me voy a volar, que mi capa acaba de salir de la lavadora...y mientras esté allá arriba, me acordaré de Christopher Reeve, ese otro Superman que no volaba...pero que igualmente era el más grande de los héroes de américa.