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miércoles, 21 de octubre de 2009

La facilidad y la abominación de gobernar mediante verdades aparentes (I): Introducción

Hola a todos,

Aunque como habeis podido comprobar este tiempo este Rincón ha ido cambiando de rumbo, incorporando a sus contenidos más entradas sobre mis aficiones y asuntos colindantes, no me quiero olvidar tampoco de las reflexiones políticas, bien desde una postura crítica o bien tratando de explicar situaciones (en la medida en que me es posible) que creo que están mal contadas por los medios de comunicación (algo en lo que este blog tiene una larga tradición). Ahora bien, no me malinterpreteis. No significa la vuelta al oligopolio temático "política / asuntos jurídico-mediáticos". Como habreis podido ver, las distintas entregas más recientes suponen la correspondiente obligación de continuar en la senda marcada y seguirá siendo la tónica habitual del blog. Pero como este es un rincón personal, hay espacio para dejar constancia de cualquier cosa que forme parte de mi pensamiento. Dicho esto, paso a presentar la entrada y, como viene siendo habitual, las sucesivas que completarán la presente.

Sin extenderme demasiado (aunque esto suele ser complicado en este blog XD), me gustaría poner en alza una forma de manipulación política, fruto del las necesidades del tiempo y poder actual, pero tan antigua como la propia humanidad : la proyección de mensajes con apariencia de verdad. El interés personal que tengo en este mecanismo proviene de lo siguiente: si bien todos tenemos una percepción general acerca de la manipulación que sufrimos por la clase política -todos los políticos mienten- no creo que haya una verdadera conciencia social acerca de cómo lo hacen. Esto hace que esa sensación generalizada, aún cristalizando en desencanto con la clase política, rara vez tenga una influencia en el sentido del voto; si todos los políticos mienten por igual, mi voto irá al que me parezca menos malo. Obviando el hecho objetivo de que es absurdo que una sociedad decida dócilmente aceptar como normal el menor de los males(negando la posibilidad de optar por hacer las cosas bien), lo cierto es que, con frecuencia, reconocer la bajeza de la clase política para despues defender unas siglas de forma hooliganesca no es sino la excusa que pone ante si mismo el votante que se tiene por crítico y que no puede refutar las críticas generalizadas a las mismas; así, convierte un hecho negativo (votar al mentiroso) en un acto positivo (voto al que menos miente y evito un mal mayor). Como decía, este autoengaño no sería un fenómeno habitual si el ciudadano se parara a pensar un día en la forma vil y despreciable en que le manipulan unos y otros, sea quienes sean (otro fenómeno curioso que no tenemos aquí ocasión de analizar pero que dejo encima de la mesa es la consabida tradición española de entender la ideología siempre y en todo caso -e insisto en el "siempre y en todo caso"- como la pertenencia a unos -los que sean- que representan la opción correcta, frente a unos otros que nunca tendrán virtud; jamás se contempla en la conciencia colectiva que los otros pueden tener ideas comunes con los unos o siquiera que puedan llevar razón).

Citando al Dr. Ian Malcolm, el experto en teoría del caos en Jurassic Park, la vida se abre camino. Y de la misma forma que lo hace la vida, también lo hace el poder. En cada momento histórico, los que han ostentado el poder han sabido adaptarse para seguir ostentándolo; y ahora no es un momento distinto. El poder es cambiante  y permanente a la vez: es cambiante porque varía la forma en la que se ejerce y es permanente porque siempre hay un poder, una casta de dirigentes que están por encima del ciudadano. Precisamente por ello se podría hablar de un ciclo del poder : todo poder, salvo el originario en el principio de los tiempos, viene a sustituir a uno ya caduco (por ejemplo: el Imperio Romano sustituye, en los territorios conquistados durante su esplendor, al antiguo poder tribal bárbaro; a su vez, el régimen medieval y la aparición de monarcas sustituye al del Emperador Romano tras la caída de éste, poniendo énfasis en subsanar los errores que llevaron a su caída, pero, a la larga, cayendo también, en antiguos o en nuevos errores). Las revoluciones ciudadanas y sociales hicieron ver al poder que la autoridad y la fe ya no eran instrumentos de control suficientes, ya que ahora había que contar con los gobernados. Pero, como he dicho, no nos encontramos en un paraíso  del cual el ciclo de poder queda fuera. Las ideas revolucionarias resultaron eficaces para combatir los vicios del Antiguo Régimen y posteriormente de la Revolución Industrial; pero de nuevo, el poder ha sabido adaptarse. -¿Que necesitamos que el pueblo nos apoye?. Fácil, la respuesta está en convencer al pueblo de que defendemos sus intereses y mantenerlo en la ignorancia de lo que de verdad hacemos - sería la fórmula de control esgrimida hoy día. El pueblo tiene el poder, sí, y debe de sentir que lo tiene, pero si conseguimos que no sepa lo que hacemos realmente, aprenderá a conformarse con echar una papeleta en una urna y con eso ya tendrá esa sensación de control que necesita. Sin embargo, si les negamos la capacidad de controlarnos y fiscalizarnos, nada habrá que temer, ya que, al final de la partida, el poder seguirá ahí. El ejemplo sería similar al del padre que nunca ha ido a la escuela que tiene el poder de castigar a su hijo si no hace los deberes, pero como nunca ha sabido cómo funciona la mecánica de la escuela, es engañado por su hijo constantemente, con mentiras con apariencia de verdad, que nunca exigirá realmente a su hijo que los haga, aunque si le preguntaran si controla si su hijo hace los deberes o no contestara que sí.

Con todo lo anterior presente, y señalando que para hacer esta mención me han servido los párrafos precedentes, llegamos a la cuestión central de la que hablaré en los post siguientes correspondientes a este tema : el método. ¿Cómo se consigue que el ciudadano, que ahora sí, tiene lapotestad de excluir del poder a quién lo desee crea que ese mismo poder vela por sus intereses y carece de intereses propios? .¿Cómo es posible camuflar la falsedad de los actos?. Tengamos en cuenta dos cosas:

-La mentira es un mecanismo demasiado simple para ello. Al examinar una cuestión independiente de la que dudamos de su veracidad desbaratar el velo que cubre la verdad es más sencillo de lo que parece, ya que se procede a la comprobación de la afirmación y se emite un juicio.

-Históricamente se ha utilizado como forma de  razonamiento la lógica aristotélica, que explicada de forma muy simple y sin entrar en detalles, consiste en observar la llamada "lógica formal", esto es, que se crea un sistema formal que extrae conocimiento intuitivo (por deducción) de dos afirmaciones relacionadas que siempre será, desde un punto de vista lógico, cierto. Un ejemplo claro son los famosos silogismos, en los cuales se parte de dos premisas (premisa mayor y premisa menor, aunque hay quién defiende la posibilidad de tres premisas, no viene al caso) que llevan a una tercera (la conclusión) que será de naturaleza necesariamente deductiva. Probáblemente el secreto de su éxito es que es una forma de razonamiento deductiva que con premisas simples es de fácil manejo para cualquiera, además de que quizá sea la forma de pensar más natural (entiéndase como la forma de raciocinio más básica y que no precisa de una especial preparación si las premisas son simples - insisto en este punto-. Los mecanismos de aprendizaje más sencillos se basan en silogismos simples).

Como he dicho, la lógica formal nos resulta natural y ciertamente correcta, no por nada es un razonamiento lógico. Sin embargo, si bien la lógica aristotélica, en su desarrollo más profundo, se preocupaba de que las premisas de partida fueran ciertas por sí mismas para así llegar a una conclusión correcta también materialmente (aspecto a determinar incluso aunque las premisas sean ciertas), la lógica formal sólo se preocupa de la certeza en cuanto atañe a la sujección al sistema. Si una conclusión puede extraerse de dos premisas, sean o no ciertas las premisas materialmente (de verdad, usando un lenguaje coloquial), la conclusión es cierta. Un ejemplo gráfico es el siguiente silogismo :“Todos los gatos son mortales; Sócrates es mortal; por consiguiente, Sócrates es un gato”; para la lógica aristotélica esto es una falacia, y sin embargo, desde el escrupuloso punto de vista de la lógica formal, la conclusión es cierta. Si bien es cierto que en este ejemplo la falsedad de la conclusión es obvia, si introducimos premisas más complejas con apariencia de verdad (bien porque desconocemos y es dificil conocer si lo son o no o sencillamente porque creemos que lo son), el engaño es mucho más sencillo. Si desconocemos la naturaleza de las premisas pero detectamos esa unión lógica entre ambas, nuestra tendencia primaria es a creer que la conclusión es cierta.
Esta utilización torticera de la lógica ha sido empleada muchas veces para convencer de verdades que no lo eran, con un éxito rotundo, he de añadir. Un ejemplo, la justificación de la superioridad del Derecho Canónico en la Edad Media (o lo que es lo mismo, por qué las normas de la Iglesia Católica debían ser de obligado cumplimiento por todos, y no sólo como mera orientación espiritual, sino como norma jurídica que aparejaba sanción al incumplirse): Aristóteles era un filósofo de gran influencia durante los comienzos de la Edad Media (y después también, pero me interesa este punto en concreto) y su método lógico-deductivo estaba considerado el modo de razonar correctamente. En este punto histórico, también se había abordado en el pasado el debate sobre el Derecho Natural, esto es, que si había unas normas que se podían extraer de la observación de la naturaleza que serían de un órden superior a cualesquiera otras y por tanto de obligado cumplimiento. El resultado de este debate fué que sí, que lo había. Entonces, si hay un Derecho superior proveniente de la naturaleza, ¿cómo se convierte el Derecho Canónico en el ordenamiento jurídico de superior rango? Mediante una utilizacion torticera de la lógica formal. en un sistema combinado y complejo Así las cosas, la Iglesia es la representación de Dios en la Tierra; el Derecho Natural es el derecho superior; Dios crea la naturaleza, por lo tanto, el Derecho Natural no puede ser distinto al Derecho de Dios; si Dios está representado por la Iglesia y éste habla a través de ella, el Derecho de Dios es el Derecho de la Iglesia, ergo el Derecho Natural es el Derecho Canónico, y por tanto, superior.
Este sencillo razonamiento sirvió durante siglos para justificar la posición de monarcas que lo eran "por la gracia de Dios", el mantenimiento de los derechos dinásticos en el seno de una familia, el poder terrenal de los Estados Papales, y un largo etc, sin que casi nadie se atreviera a cuestionarse si eso era así o no (y los que lo hicieron lo hicieron con la boca pequeña). Pues bien, ese mismo método es el que HOY se sigue utilizando.

En los siguientes post hablaremos de la aplicación de este método ejemplificando escenarios de nuestro tiempo más actual, descubriendo algunas de ellas (que no todas, por ser esa una tarea hercúlea), como por ejemplo las mentiras tras la reforma fiscal del Gobierno de ZP (para abordar la cuestión desde una perspectiva más concreta y clara), basadas en premisas falsas para que los ciudadanos lleguen a conclusiones erróneas y no vean la realidad y el pecado original de la derecha española (para abordarla de una manera más general, que permita ver su implementación general en el discurso político), premisa con utilidad universal utilizada junto a una multiplicidad variable de premisas menores y de cómo ésta argumentación puede sustentar toda la política de un gobierno.

Saludetes a todos

jueves, 15 de octubre de 2009

George Lucas y los villanos carismáticos : Relación Mortal (I)

Hola a todos,

Hoy quiero dedicar esta entrada (y otra más) cuyo título parece el de una película de Antena 3 un sábado por la tarde a una cuestión arraigada a la tradición de Star Wars : lo mal que trata George Lucas a sus personajes más carismáticos, especialmente a los villanos.
Si bien es un rasgo común que muchos de los secundarios más interesantes tengan, incomprensiblemente, pocas apariciones (véase Obi-Wan Kenobi en la trilogía original, o Mace Windu en la más reciente, mientras que personajes carentes de todo interés como Jar Jar Binks o la pareja droide en la nueva trilogía tienen una presencia más notable en pantalla) el mal uso de algunos villanos y el desprecio con el que parece tratarlos el bueno de George es sencillamente sangrante. Realmente podríamos dividir a los villanos entre los que han sido suprimidos o eliminados con celeridad en la saga, con papeles menores o testimoniales, o simplemente han sido desaprovechados, viendo el potencial que poseían; y entre aquellos que directamente han sido ridiculizados. En ambos casos, se pone de manifiesto que Lucas no tiene buen ojo para decidir a qué personajes darles bola y a qué personajes no.

En el primer grupo podríamos incluir a los siguientes:

Grand Moff Tarkin
El Grand Moff Tarkin al que da vida Peter Cushing en la trilogía original es uno de esos personajes que llenan la pantalla. Si bien es un personaje netamente secundario y argumentalmente innecesario (toda tarea que desempeña Tarkin en el film podría haber sido perfectamente asumido por Darth Vader o el mismísimo Emperador de haberlo "parido" en la primera película), no cabe la menor duda de que es un tipo al que odias a partir del primer minuto. Cada vez que aparece, el gran Peter Cushing consigue que sepamos que este tipo es realmente malvado y despiadado. Es más, durante la reunión que sucede en la Estrella de la Muerte, Tarkin demuestra su autoridad dándole órdenes al mismísimo Darth Vader.
Pues bien, teniendo a semejante villano, con gran carisma, como muchos de los malos en SW, muere sin tiempo a desarrollarlo como es debido y a explotar en el futuro una posible rivalidad Tarkin - Vader. Es posible que Lucas quisiera matarlo para que los malos recibieran "su merecido" sin tener que sacrificar a Darth Vader (su gran acierto en Una Nueva Esperanza es mantenerle con vida, pese a la incertidumbre inicial respecto a una continuación), pero sin duda es alguien que podría haber dado mucho de sí en las siguientes películas.

Conde Dooku
Cuando fui a ver El Ataque de los Clones al cine (una de las peores películas que he visto en mi vida, junto a Indiana Jones 4, ya es casualidad), sólo me sacó del tedio que suponía visionar semejante aberración fílmica la aparición de este hombre en pantalla. El Conde Dooku se presentaba así mismo como un ex-jedi que ya no creía en la valía de la Orden del mismo nombre para mantener la paz y la justicia en la galaxia y revelaba que el Lord Oscuro del Sith, Darth Sidious, era en realidad quién gobernaba la República; en esta situación, proponía a Obi-Wan que se uniera a él para así acabar con la corrupción en el Senado Galáctico y de paso con el malvado Maestro Sith.
Ante mí aparecía un personaje con magníficas posibilidades, tanto argumentales como de carácter personal. Las primeras claramente referidas a su aparición como una tercera fuerza. Si la lucha principal y esencial en la saga es la batalla entre los Sith y los Jedi, entre el bien y el mal, la entrada de una tercera posición más ambigua era más que interesante. Me dije "wow, está muy bien pensado que un Jedi consciente de la decadencia de la Orden decida abandonarla y, advirtiendo que la República está corrupta y que estar bajo su tutela es estar bajo las garras de Palpatine / Sidious, prefiere separarse de ella, formando un ejército que combata a aquella". Además, su elegancia y la interpretación de Christopher Lee (otro actor tocado por Dios) le conferían un magnetismo inmediato.
Sin embargo, el bueno del Conde resultó, lamentablemente, tan embustero como plano. Finalmente se  reveló como un mero aprendiz del Maestro Sith, malvado de cabo a rabo, inmerso en el complot que nos veníamos oliendo y que se revelaba sin querer, por la mediocridad del guión, muchos minutos antes de lo planificado. Además de que sus intenciones resultaban tópicas, también así sus habilidades, convirtiéndose en una mala copia del Emperador. ¿Habría costado mucho haber imaginado algún otro poder Sith además de los conocidos Rayos de Fuerza que le dieran personalidad propia, igual que éstos se la daban al Emperador?. El personaje llamado a renovar la pesada y previsible trama historieta de EADLC se convertía en un suspiro en la mera excusa para enseñar a un Yoda digital dando brincos y usando un sable de luz.
Para colmo de los colmos, en el Episodio III, veía su final de una forma bastante artificial, tras un combate que no le hacía justicia y sin dejar claro porqué quién sabía todo de los planes de Palpatine no decía ni palabra cuando éste ordenaba a Anakin Skywalker que lo matara. Siempre he tenido la impresión de que la breve lucha con el Conde Dooku es, de nuevo, tan artificial como su nacimiento: está ahí para quitárselo de enmedio cuanto antes.
En el caso del Conde Dooku, la mentira que le contaba a Obi-Wan en Geonosis era, por una vez, mucho más interesante que la pura verdad.


¡Saludos a todos!

viernes, 2 de octubre de 2009

Notas Musicales : Charlie Clouser y Saw

Hola a todos,

Siguiendo la línea marcada en el post que abría la renovación (por dentro y por fuera) del blog, he introducido un nuevo apartado que será habitual, como el de Obras Maestras, pero que en lugar de versar sobre un cómic, película o videojuego que me haya impresionado, lo hará sobre temas musicales "sueltos", esto es, que no pretendo hacer una reseña de un disco o una crítica musical, sino simplemente exponer, Goear mediante, temas de música que me gustan para que si a alguien también le apasionan y sienta curiosidad, pueda abrir sus campos musicales a otras cosas.
Hoy, por tanto, vamos con Charlie Clouser (en la foto) y su tema para la película Saw II, que aparece, como es tradicional en la saga, fundamentalmente en los títulos de crédito.


Para los que no sepan nada de este compositor amante de la música electrónica, podeis encontrar su ficha en Wikipedia AQUÍ . En lo que me quiero centrar es en la música. Como sabeis, Saw es una serie de películas protagonizadas por Jigsaw, un inteligente asesino que prueba a sus victimas (normalmente con una intención de transmitirles una "moraleja" sobre la vida) sometiéndoles a duras pruebas (valga la redundancia) para lograr escapar de una trampa mortal que acabará con ellos si no hacen lo que se les pide (normalmente algo extremadamente doloroso).
Pues bien, es frecuente que al final de estas películas se nos deje un final abierto y normalmente sorprendente (aunque cada vez menos), con alguna revelación de última hora que pretende dar cierto sentido a la película (caso de la primera, Saw - a secas-) o simplemente desconcertar al espectador con un cliffhanger del tamaño de la Catedral de Burgos, pero que sirve para poco más. No obstante, es ahí, en las revelaciones finales, donde suele aflorar el carisma de Jigsaw, su inteligencia y superioridad, impresión reforzada por el fantástico trabajo musical de Clouser. Como vereis, un tema potente, bien definido, y sobre todo (y esto es lo más importante) muy simple, lo que permite retenerlo con mucha facilidad.
Sin más, os dejo con el tema, cortesía, como siempre, de Goear.